Cómo facilitar el aprendizaje y el descubrimiento | 5 estrategias de aprendizaje activo para mejorar la participación de los estudiantes

¿Cuántas veces has escuchado a la gente decir, “Cuando estaba en el colegio, no aprendía tanto como aprendía cómo pasar exámenes”? ¿Con qué frecuencia sientes que estás perpetuando ese ciclo? La clave es integrar estrategias de aprendizaje activo que alimenten la curiosidad natural de tus alumnos.

Las estrategias de aprendizaje activo son todo lo contrario al aprendizaje memorístico. Olvida las filas, olvida copiar de un libro, olvida los enfoques estándar. Sí, tienen su lugar, pero cuando tus estudiantes se enfrentan al mundo real, el juego cambia y el cambio puede ser cruel.

Para preparar verdaderamente a tus alumnos para el mundo real, las estrategias de aprendizaje activo son la clave, y tenemos 5 de los mejores enfoques que puedes empezar a integrar en las actividades de tu aula hoy mismo.

1. Empieza a utilizar la técnica de pensar-compartir-pareja

Probablemente ya has hecho esto una o dos veces durante tu propia etapa escolar, pero realmente vale la pena convertirlo en una característica regular de tu enfoque de enseñanza ya que se asemeja mucho a cómo las personas aprenden nuevas habilidades y procesos en el mundo laboral.

Anima a tus alumnos a pensar sobre una pregunta o tema individualmente, luego emparéjalos con un compañero de clase para discutir sus pensamientos y llegar a algunas conclusiones conjuntas antes de compartir sus percepciones con el grupo más grande. Esto les brinda a los estudiantes oportunidades para desarrollar autonomía, habilidades colaborativas y hablar ante un grupo.

Debido a que el proceso comienza de manera individual y avanza hacia pares, deja a los estudiantes “sin lugar donde esconderse”, o dicho de otra manera, nadie puede descansarse en sus laureles o fallar en participar en el proceso – con solo 2 personas, ambas necesitan participar para que la conversación funcione.

Consejo profesional: Asegúrate de cambiar con quién se emparejan las personas cada vez. Si siempre puedes emparejarte con tu mejor amigo, puedes caer en vuestros roles bien ensayados y perder oportunidades para desarrollarte.

El enfoque de pensar-compartir-pareja se asemeja mucho a cómo funciona el trabajo basado en proyectos dentro de las empresas y, en la mayoría de los trabajos, en ocasiones, necesitarás trabajar con personas con las que puedes chocar. La fricción potencial o los obstáculos a superar son oportunidades para que tus alumnos desarrollen habilidades sociales valiosas junto con las materias en sí.

2. Uso regular de actividades tipo galería

Aquí, organizas estaciones alrededor del aula con diferentes temas o preguntas relacionadas con la materia.

Los estudiantes se desplazan de estación en estación, añadiendo sus pensamientos o respuestas al contenido, ya sea en una pizarra blanca o en una nota adhesiva.

Al final, puedes liderar un debate y, en esencia, gestionar un encuentro abierto donde todas las perspectivas se discuten y se llega a conclusiones de grupo.

Este enfoque fomenta la colaboración y participación de todos, y puede revelar una amplia variedad de puntos de vista. Debido a que la primera etapa, el propio paseo por la galería, ofrece a los estudiantes una oportunidad relativamente anónima de contribuir, elimina la timidez como barrera. Si después ven que su aportación gana tracción en la discusión grupal, puede aumentar su autoestima y empoderarlos para que sean más expresivos.

3. Gamifica tanto el aula como los deberes para ofrecer a los estudiantes autonomía y repetibilidad

La gamificación es la mejor estrategia digital de su clase cuando se trata de aprendizaje autónomo, inmersivo y efectivo, para cualquier edad, pero especialmente para los estudiantes.

La gamificación es la aplicación de mecánicas de juego para mejorar la participación del usuario, o para explicarlo en términos de los desafíos que puedes tener tanto en el aula como con los deberes, mejorando la concentración. Los estudiantes suelen jugar todo tipo de videojuegos, desde juegos móviles en sus teléfonos, hasta juegos de PC y consolas – es un lenguaje que dominan bien, y un formato con el que están familiarizados, y hasta cierto punto, programados por él.

Imitando los ciclos rápidos de retroalimentación, y las oportunidades para repetir experiencias, puedes crear y usar juegos educativos para mejorar masivamente la autonomía y participación de los estudiantes en distintas materias.

Usando un formato como el Recorrido Dinámico™ en Drimify, puedes crear una experiencia jugable de varios niveles para involucrar a tus estudiantes. Intercala contenido de video y texto con cuestionarios y rompecabezas, y adapta el contenido y las imágenes a tus necesidades exactas. Esto no solo permite a los estudiantes descubrir nuevos conceptos, sino que los alienta a aplicar esos conceptos a escenarios planteados. Incluso podrías incluir acertijos o desafíos que necesiten resolver para desbloquear niveles.

Consejo profesional: ¡Buenas noticias para los profesores! La tercera ley de Newton se aplica aquí. Por cada acción que un estudiante realiza en una experiencia gamificada, hay una reacción equivalente en los datos que tu juego recopila.

Esto significa que mientras ofreces a tus estudiantes cierta autonomía en su aprendizaje, y los animas a aplicar diversos principios a escenarios realistas, también puedes monitorear cómo se están desempeñando. Es, en esencia, ofrecer una evaluación continua de bajo presión del rendimiento, lo que te permite identificar fácilmente áreas para enfocar.

4. Implementa el uso de papeles de un minuto al final de cada lección

Está ampliamente demostrado que si escribes algo dentro de una hora después de haberlo aprendido, es más probable que retengas gran cantidad de información clave. Con ese principio en mente, introducir “papeles de un minuto” a la rutina de tu aula es una práctica increíblemente eficiente en tiempo y efectiva.

Después de que hayan guardado sus libros de texto, pide a tus estudiantes que anoten las ideas clave, cualquier pregunta que haya surgido o pensamientos acerca de la lección en el último minuto antes de que pasen a su siguiente clase. Esta estrategia fomenta un pensamiento conciso y la reflexión, así como el entrenamiento de mentes jóvenes para identificar detalles relevantes. A veces, esto se conoce como un “ejercicio de recuerdo activo”.

Consejo profesional: Si estás incorporando la gamificación en tu aula, puedes incluir el papel de un minuto como parte de ella. Como una etapa final en un Recorrido Dinámico™, podrías incluir un Preguntas con 3 preguntas abiertas. “¿Cuáles son las principales cosas que has aprendido de este curso?” “¿Qué preguntas sigues teniendo sobre el tema?” “¿Sobre qué área de este tema te gustaría aprender más?”

Esto no solo les ofrece una oportunidad de expresarse y permite que tú, como su educador, obtengas una visión de cómo están entendiendo el tema, sino que también les ayudará con la retención.

5. Incorpora el método del rompecabezas

Te garantizo que habrás experimentado esto en alguna forma al menos una vez durante tu educación.

Con un tema grande, puedes dividirlo en subtemas más pequeños, luego dividir a tus estudiantes en grupos más pequeños con la instrucción de investigar sus subtemas y convertirse en expertos relativos. La etapa final es mezclar a los estudiantes en nuevos grupos, de modo que cada miembro individual de cada grupo sea experto en un subtema diferente. Su trabajo es compartir su experiencia con el resto del grupo, para que todos finalmente aprendan todo, pero lo aprendan unos de otros.

¿Por qué es este un enfoque efectivo para el aprendizaje activo? La respuesta es triple.

En primer lugar y principalmente, fomenta la autonomía, desarrolla habilidades de investigación y fomenta hábitos autodidactas; el estudiante tiene que salir y identificar fuentes relevantes, y extraer de esas fuentes la mejor información.

En segundo lugar, cuando enseñas a alguien algo que acabas de aprender, lo retienes mucho mejor y piensas más en ello cuando te hacen preguntas – esto te anima a desarrollar una comprensión más sólida del tema.

Finalmente, como muchas de las otras estrategias mencionadas aquí, fomenta la colaboración entre estudiantes. Tienen que interactuar, explicar información y también escuchar y hacer preguntas para luego obtener información.

Consejo profesional: Aunque no menos valiosa o aplicable que las otras tácticas mencionadas aquí, es probablemente la que debería usarse con más moderación, particularmente con estudiantes más jóvenes en primaria o escuela elemental.

Esto se debe a que consume tiempo e implica un cierto nivel de confianza en la capacidad y motivación de tus estudiantes. Para estudiantes de último año de secundaria, estudiantes de A-level o Highers, esto podría ofrecer una gran variación en su aprendizaje y servir como una introducción a cómo funciona el aprendizaje y la investigación en universidades y algunos lugares de trabajo.

Puntos clave

Las aulas son un campo de batalla por los corazones y las mentes. Los estudiantes están cambiando radicalmente, y también lo está el mundo laboral al que eventualmente se unirán; este último, posiblemente a un ritmo mucho más rápido que el primero. (¿Quién iba a pensar cuando tenías 12 años y aprendías cómo hacer una hoja de cálculo que habría gente cuya profesión sería jugar a videojuegos, ganarse la vida simplemente vloggeando sobre su día a día, o literalmente conseguir oportunidades de trabajo por saber cómo comunicarse con máquinas? Nadie sabe cómo será el panorama laboral en 2040.)

Implementar estrategias de aprendizaje activo, como las listadas aquí, por encima de todas las otras ventajas, es una manera de hacer que las próximas generaciones sean más adaptables a los cambios de circunstancias y demandas en el mercado laboral.

Considera estos métodos como puntos de partida accionables para usar en diferentes grupos de edad, asignaturas y niveles de habilidad.